El arte para vincularme con mis hijos

La pandemia. Esta palabra está en la boca de todos. Y junto con esto la escuela. No queremos que pierdan el año, pero no les gusta nada la escuela en línea. No queremos que nuestros hijos se estresen, cerrar el ciclo escolar con tantas tareas y exámenes ha sido desgastante para toda la familia. No queremos que se aburran, la escuela en línea no les hace ningún sentido, porque no responde a sus intereses y pasiones. Y sin embargo no queremos que se contagien, por lo tanto no queremos mandarlos a la escuela.
Los niños tienen derecho a la salud y nosotros como mamás y papás debemos salvaguardarla. Llevarlos a la escuela en este momento, es un riesgo para su salud.
¿¿¿QUÉ HACER???
Tómate un sabático. En serio, parar es una opción que puedes hacer por ti, por tus hijos y por tu salud física, mental y emocional. LO PEOR QUE PUEDE PASAR es que “pierda” un año escolar, pero piensa, ¡No van a perder nada! Cuando veas todo lo que ganan, te preguntarás ¿cómo no lo hicimos antes? Que “pierdan el año escolar” no quiere decir que no van a aprender nada, no podemos pasar un solo día de nuestras vidas sin aprender algo, de hecho, te reto a pasar un día sin aprender algo.
Ahora, es importante saber esto: Educar sin escuela es un compromiso a largo plazo, es vivir en otro esquema, libres y conectados con lo que somos y necesitamos cada día. No es necesario salir desesperadamente a buscar ¿Quién les va a enseñar español, matemáticas, física…? lo más importante ahora tiene otros nombres y otras formas de encontrarse con eso.

“El arte es el mediador de lo inexpresable”. Johann Wolfgang von Goethe.

En este artículo te voy a hablar de una de esas formas.
Algo que hemos vivido muchas personas en este período es que el arte nos ha salvado. Todos hemos hecho danza, canto, pintura, música, escritura, teatro, por mencionar algunos. “Sin arte, la vida sería un error” dijo Nietzche. Nos hemos inscrito a talleres, a grupos, seminarios, y hemos sobrevivido gracias a lo que el arte nos da ¿Y qué es esto que el arte da?
Hay múltiples formas de ver y entender a nuestro cerebro: y una de ellas es desde el hemisferio izquierdo y hemisferio derecho. El arte es comprendido por el cerebro derecho ¿Cómo sucede?
El cerebro derecho trabaja con la parte simbólica, no verbal, las emociones, interpretaciones, sentimientos. El arte es parte de este lenguaje, se convierte en una herramienta para entender más de nosotros mismos, nuestros sentimientos, pensamientos, bloqueos, etcétera.
¿Te has dado cuenta de que cuando pintas, por ejemplo, el tiempo pasa sin darte cuenta? El arte accede a memorias profundas de nuestro inconsciente, imágenes y emociones en nuestra mente y cuerpo y nos permite liberar aquello que está estancado y bloqueando nuestro bienestar.
Los mediadores artísticos desbloquean los mensajes que nuestra alma y nuestro inconsciente están intentando decirnos. A través del arte llegamos “al grano” porque se desarrolla en un registro diferente al discurso, que ha sido aprendido por nuestros padres o cuidadores en la infancia, hemos aprendido a saber “quiénes somos y cómo somos” porque lo hemos escuchado de otros, cuando decían de nosotros “es tan linda y generosa” entonces respondíamos a eso siendo de esa forma, porque sabíamos que eso agradaba a nuestros padres, y nos asegurábamos su cariño y cuidado. O cuando decían “es súper gracioso, nos hace reír a todos”, y ya está, se queda fijado en nuestra memoria, y llegamos a la edad adulta repitiendo ese mandato, o esa expectativa, ya no sólo con nuestros padres, sino con todo aquél con quien nos relacionamos.
Y el problema no es ser linda, generosa o gracioso, el punto es que ese no eres tú realmente, y a través de la arteterapia accedes a tu ser, a tu verdad, y puedes transformar tu obra, mientras te transformas a ti mismo, para vivir en la totalidad de tu ser, y no condicionado a recibir amor por ser de x o y manera.

“El arte limpia del alma el polvo de la vida cotidiana” Pablo Picasso.

Cuando la gente me dice “es que yo no sé dibujar, o no sé bailar”, escucho la voz de alguien en la infancia que nombró eso, alguien que te dijo que tú no eras suficientemente bueno en esto o aquello, y nosotros, vulnerables en esa etapa, nos lo creímos y nos defendimos del rechazo, el ridículo o el juicio de otros, negándonos la oportunidad de expresarnos libremente. No hay ninguna obra que esté mal, o que no se haya hecho bien, ninguna experiencia de danza o movimiento que no “salga bien”, porque cualquier cosa que expreses en una experiencia de artetrapia simplemente ES, es tuya, es espontánea, tiene vida, y eres tú. Nadie puede dictaminar si tu forma de expresar tu mundo emocional está bien o mal, lo que sí puede suceder, es que te acompañe un profesional en el camino de trabajar con eso que expresas y navegar por las veredas que te ayudan a encontrar la transformación que necesita tu ser.
Si tienes ganas de abrir un espacio de conexión con tu hijo y no sabes bien cómo hacerlo (porque siendo realistas, no puedes hablar de conexión con tu hijo para conectar) elige hacerlo a través del arte, “hablen” a través de los mediadores, comuniquen a través de sus obras, complementen y honren sus creaciones, sobra decir que sin juicios ni expectativas de obtener un cierto resultado. La sola presencia ya es un trabajo. Observa qué te pasa, observa tu impulso por evitar que se caiga la pintura, o que corte “mal”, o que “se desvíe” del objetivo, observa y aprende cuál es su camino, su interés, su necesidad. Y date cuenta de cuál es el tuyo: tu camino, tu interés y tu necesidad. Aprendan a conocerse, para poder respetarse y acompañarse desde la vulnerabilidad, desde la verdad, desde eso que está debajo de la punta del iceberg… eso que está en las profundidades.
Cuando tus hijos se sienten valorados, vistos, respetados y acompañados en su camino de autoconocimiento, se relajan en tu guía, y no me refiero a tu guía para el próximo trabajo de arte, me refiero a tu guía en la vida, entonces ellos quieren escucharte, confían en tu genuino interés por su felicidad, en su individualidad. Entonces la auto-disciplina aparece, puedes abrir una vereda de comunicación mucho más nutrida y de dos vías.
El arte es un maestro gentil, divertido y se adapta a todas las edades, no hay edad para el arte, desde bebés hasta abuelitos, sólo recuerda y observa, el arte está en todas partes.
No, no estoy sugiriendo que dediques este año a aprender arte, si has llegado hasta aquí leyendo este artículo, habrás descubierto que a través del arte, tú y tus hijos aprenderán algo mucho más profundo y significativo que el currículum académico, y no porque este último no sea importante, sino porque no hay nada más importante que tu relación contigo y con tus hijos. Las matemáticas no se van, y tu relación con ellos no puede esperar.
Si estás buscando un programa que te ayude en esta aventura de conexión con tus hijos, no te pierdas este hermoso taller, que he diseñado con todo mi amor para que las familias tengan una boya en medio del enorme océano de actividades que hay por la red. Además de que también es un foro de conexión con otras familias que están en la misma búsqueda que tú:
EmocionArte – campamento de arte para familias (on line), lo puedes hacer a tu propio ritmo y en tu espacio, tu hogar, y crear el ambiente propicio para la conexión.

Por Adriana Romero – De Lille Psicoterapeuta Gestalt Sistémica, Arteterapeuta y Asesora de la crianza respetuosa basada en Mindfulness
Contacto: FB – Tribu Sin Escuela – www.tribusinescuela.com
FB – Adriana Romero – De Lille – Psicoterapia & Mindfulness
e-mail: satiartistico@gmail.com

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