Para toda la humanidad, este año ha venido cargado de cambios acelerados en nuestra manera de vivir. De un momento a otro hemos tenido que implementar medidas que nunca nos habríamos imaginado y, aunque se nos informa constantemente de lo que debemos y no debemos hacer, vivimos muchos retos: para la salud, para la economía (global y personal), en las relaciones y retos internos en general.
Vamos dando pasos en el corto plazo, tratando de mantenernos sanos y preparados en la medida que podemos, la velocidad es tal que apenas nos damos cuenta de qué sentimos, cómo está nuestra mente y nuestro registro corporal, respecto a la fisiología de las emociones que van dando bandazos durante el día. Para quienes somos mamás y papás, nuestra prioridad es mantener a nuestros hijos sanos, ir al paso con todas las demandas de la escuela y las actividades que de la noche a la mañana se trasladaron a casa, escuela, trabajo, hijos…. Ahora todo está en el mismo sitio.
Y entre toda esta turbulencia de cambios, un día nos percatamos de que los abuelitos y adultos mayores, también necesitan conexión y cuidados.
Para los adultos mayores, independientemente de si viven con familiares o solos, la cuarentena puede tener consecuencias psicológicas profundas. El aislamiento trae consigo un sentimiento de pérdida, tanto de sus vínculos afectivos (nietos, hijos, amigos), como de sus rutinas: hay quienes iban a centros de recreo o deportivos, sus consultas médicas de rutina, pagos bancarios, compras, entre otras, que para ellos representaban un ancla en su cotidianidad. El confinamiento abre mucho tiempo para ver noticias y estas, pueden asustarlos y agregar ansiedad a su vida, dado que pertenecen a uno de los grupos de mayor riesgo.
Los adultos mayores, igual que toda la población, necesitan aislamiento físico, pero no afectivo, este es, justamente un momento en el que nos necesitan, necesitan conexión, necesitan sentirse importantes, vistos y amados.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Algunos adultos mayores tienen el privilegio de tener familiares que se ocupan de su bienestar, o que viven con algunos miembros de la familia que pueden estar disponibles física y emocionalmente. Sin embargo, hay una gran cantidad de adultos mayores que no tienen ese privilegio y están transitando por esta experiencia, totalmente solos y sin recursos de ninguna índole.
Al igual que para todo el mundo, necesitamos ayudar a nuestros abuelos y adultos mayores a sobrellevar este tiempo de la mejor manera posible. Ayudemos a que su salud esté en óptimas condiciones, pero no sólo la salud física, sino la salud intelectual, emocional y espiritual también.
CUIDADOS PARA UNA CUARENTENA EN SALUD
Elige por lo menos una de cada grupo para acompañar a los adultos mayores que conozcas.
FÍSICA
- Ya sea que pueda caminar en un jardín en casa, o en una caminadora, o poner un poco de música y bailar o hacer estiramientos ligeros. Mover el cuerpo agiliza las células en general y la plasticidad cerebral.
- ¡Ponerse guapos! Motivemos a que todos los días tomen un baño y se arreglen como si fueran a salir ¡hay un día por delante!
- Comer saludable. Que cada día puedan tener frente a ellos comida saludable, que tengan sus alacenas bien surtidas y con alimentos que les ofrezcan nutrientes de calidad y sabor.
- Ayudar a que sus animales estén bien atendidos, si tienen gatos, perros o aves, que tengan suficiente alimento y lo necesario para que no les preocupe su bienestar.
- Embellecer y ordenar sus hogares. Que esté limpio y ordenado su espacio, que haya flores y buena ventilación y luz del día. Es el espacio que habitan, y como es afuera es adentro.
INTELECTUAL
- Buena lectura. Ofrezcámosles libros de contenido interesante, con juegos y ejercicios mentales que los mantengan de buen ánimo. Si tienen dificultad para leer, podemos conseguirles audiolibros de interés, en esta época se han puesto a disposición pública una gran variedad de estos.
- Enseñarles a usar los medios electrónicos, que este sea un momento de conexión con ellos, con mucha paciencia y amor, como cuando nosotros éramos niños y nos hubiera gustado que nos enseñaran. A ellos les viene bien aprender cosas nuevas.
- Abrirnos a escuchar sus historias con verdadero interés, con mucha paciencia, aunque nos cuenten una y otra vez la misma historia. Para ellos es un ejercicio tanto intelectual como afectivo, abrir sus archivos de recuerdos y sentirse escuchados.
- Proporcionarles materiales para crear cosas nuevas, ya sea tejido, dibujo, modelado, lo que sea que mantenga su interés despierto y sus mentes en acción.
EMOCIONAL
- Demuéstrales tu amor, ya sea en presencia física, o haciéndoles una llamada o video llamada, diles cuánto los amas y por qué.
- Cada día recuérdales los atributos que valoras de ellos, recordándoles anécdotas que recuerdas haber vivido con ellos, diciéndoles que son importantes, valorados y amados por ti.
- Léeles o envíales por mensaje poesía, la lectura de poesía es un bálsamo para el alma, tanto para el que lo da como para el que lo recibe.
- Intenta encontrar la calma para reconocer en el momento en que estés hablando con él o ella, una oportunidad de estar presente, fluir y reconocer el regalo de aceptar ese momento como es.
- Si se siente vulnerable, enojado o triste, permítele expresarlo y sólo escúchalo, sin querer cambiarlo o desvalorizar su emoción, trata de simplemente regalarle tu presencia frente a sus emociones difíciles. Te está diciendo en otras palabras “necesito desahogar esto”.
ESPIRITUAL
- Acompáñalo a meditar, orar o rezar, según sea su creencia.
- Ayúdale a disfrutar de los pequeños detalles, como el canto de los pájaros, el sonido del viento, la puesta de sol o el calor del amanecer con una taza de té.
- Haz pequeños actos de bondad como llevarle el desayuno, mandarle flores “virtuales”, cantarle una canción por teléfono, etc.
- Pon música para que, al escucharla, su espíritu se enaltezca, piezas de Bach, Beethoven, Mozart o Vivaldi.
¿Y PARA LOS ADULTOS MAYORES QUE ESTÁN SOLOS Y SIN RECURSOS?
- Llámale o envíale un mensaje de alguna forma para preguntarle si necesita algo.
- Cuando salgas a hacer tus compras, suma un par de cosas extras a tu carrito, para hacer una o dos canastitas y tenerlas listas para entregar a alguna persona mayor que conozcas o que encuentres por la calle y sepas que le será de beneficio en este momento.
- Agrega productos que estén listos para usar (pan, leche, jugos, frutas, cereales), y algunas otras que alegren al corazón, como una flor, un chocolate o un caramelo y una notita que le haga sentir que hay alguien para él o ella.
- Una llamada telefónica a tu vecino o vecina adulto mayor, le será de gran beneficio.
Este puede ser un momento irrepetible para conectar con nuestros adultos mayores de formas que harán que sea una cuarentena de florecimiento para ellos y para nosotros, que nos crezca el corazón y que los vínculos se pongan en primer lugar. Y extendamos estas medidas para todos aquellos adultos mayores que sabemos que necesitan de alguien que les dedique unos minutos de su día, para sentirse vivos e importantes.
Por Adriana Romero – De Lille
Psicoterapeuta Gestalt Sistémica, Arteterapeuta y facilitadora de Mindfulness