Traducimos este concepto proveniente del inglés, como frontera, límite o zona marginal. La asociación Psicoanalítica Norteamérica lo definió como: “un término descriptivo que hace referir al cúmulo de escenarios de orden psicótico como neurótico sin caer en ninguna de las anteriores categorías”.
Actualmente dicho trastorno de la personalidad causa un poco de confusión en cuanto a su definición, por lo cual sintetizaremos como una inestabilidad emocional innata. Lo cual caracteriza que cuando una persona está con este padecimiento se ve decepcionada ante la realidad que esperaba y que ésta no es la que sucede; no se está preparado para soportar cambios o pérdidas en cuanto a sus relaciones ambientales.
La causa se vincula al ámbito biológico, psicológico o social:
Biológico debido a anormalidades temperamentales innatas. La inestabilidad emocional y la impulsividad son excesivas, ahondando en historia familiar podríamos hipotetizar que un familiar cercano padece características similares, siendo entonces su raíz hereditaria.
Factor Psicológico, algunos pacientes refieren temáticas traumáticas en la niñez, refiriéndonos abuso físico o sexual. En ocasiones también, padres con rasgos impulsivos o depresión en la personalidad, padres fríos con una agresividad disimulada.
En cuanto a lo Social, el Borderline, hace constar la falta de resolución de necesidades de vinculación con el otro y de identidad.
Niños que crecen en un ambiente de riesgo en cuanto a su temperamento pueden desarrollarse de manera positiva si a su mano tienen un ambiente de apoyo y la afectividad se encuentra presente, pero, cuando la familia o esta parte social no se encuentran en la resolución de las necesidades de estos niños, se espera el desarrollo de la impulsividad e inestabilidad emocional.
Las figuras primarias en la infancia de primera instancia es la madre, seguido del padre, abuelos, tíos o algún representante en caso de la primera ausencia. Dicha postura hace referir a un espejo, es mostrarle al niño el mundo, sus reglas, convivencias e interacciones, desprendiéndose un poco cada vez hasta crearle autonomía e individualidad a este. Para ello la importancia de tu aproximación y cuidado en la infancia. Caso contrario, el niño crece desprotegido, con una identidad perdida.
Algunos rasgos característicos de este TLP, Borderline son:
Poco disfrute de la vida, siendo la única fuente el reconocimiento recibido de alguien más, muchas veces idealizan a dichos individuos y desprecian de quien ya no esperan recibir nada. Dando como resultado que dichas relaciones son explotadas y en muchas ocasiones parasitarias.
Sentimientos de tristeza, duelo, anhelo, rasgos o reacciones depresivas, son carentes en la vida experimental.
El simpatizar pasa a ser algo extremadamente lejano, esta capacidad de “ponerse en los zapatos de alguien más”, es fantasioso pues lo que más temen dichos pacientes es depender de alguien ya que esto significa odiar, envidiar, ser explotados, dañados y demás sentimientos negativos.
La tolerancia a la frustración se ve nula, ya que al no existir gratificación en el pasado, vinculados a la infancia y las relaciones objétales primarias, no esperan resultados por sus acciones.
Los pacientes con personalidad fronteriza se enfrentan a episodios psicóticos cuando existen grandes tensiones o se encuentran bajo efectos de alcohol o las drogas.
Bordeline en niños y adolescentes
En niños, suelen ser muy dependientes a específicos objetos y la causa de ansiedad es la misma, su objeto parental. Existen rasgos fetichistas.
Una recomendación para los padres es no obligar a los niños a hacer cosas que debido a sus características organizativas no están preparados para hacer.
Al no existir una intervención temprana, en ocasiones suelen ser identificados hasta el periodo de la pubertad. En esta etapa cuando se comienza a estructurar la identidad, pudiese parecer un trastorno pasajero, pero también orienta a ser el inicio de la esquizofrenia.
El paciente adolescente tiene a la mano innumerables sustancias las cuales lo hacen “real”, existen sentimientos de afecto en dicha fantasía, mientras el efecto dura, también intenta romper toda relación con el primer objeto parental.
El paciente con Borderline está en riego suicida, homicidio o algún tipo de accidente, para lo cual la intervención Psiquiátrica (medicación) y Psicoterapia son de suma interés, para evitar daño y por otro lado la Psicoterapia para explorar el resultado del comportamiento, para lo cual se recomienda dos sesiones a la semana, indagando experiencias internas (intrusivas), así como comportamientos que consuman al propio paciente. Como lo es la impulsividad: relación entre dicha impulsividad y el estado interno del pensamiento, sensaciones.
La familia en lo recomendable debe acudir a terapia familiar puesto que la violencia, el abuso de sustancias y falta de comunicación son puntos clave para la iniciación de dicho trastorno.