¿Por qué mi hijo no come?

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Todos como papás hemos vivido esta situación, de que nuestros hijos no quieran comer nada o al menos nada nutritivo y balanceado.

Cuando esto sucede, debemos de averiguar primero que está causando esta situación ¿A caso está comiendo demasiadas golosinas en la escuela? ¿Nuestra comida no le resulta atractiva pero sí come cuando vamos a restaurantes u otras casas? ¿Sí come pero deja el plato a la mitad? Siempre es importante detectar qué está causando esa falta de apetito para poder tomar las medidas necesarias.

La alimentación de los niños no debería ser algo complicado, ellos necesitan una dieta balanceada rica en frutas y verduras, proteínas y carbohidratos complejos que les ayuden en sus diversas actividades.

Y aunque pareciera que comer es algo natural y que sólo por ser comida nos gustará, la realidad es muy distinta por eso al momento de alimentar a nuestros hijos es importante tomar en cuenta lo siguiente:

1. Presentar la comida de forma agradable, en especial las frutas y verduras, para esto puedes ayudarte del colorido de estos alimentos y presentando un plato lleno de color y no sólo de verdes.

2. No tengas pasteles, panecillos, galletas ni papas fritas en casa; cómpralos tan sólo para ocasiones especiales.

3. Trata de no ofrecer a tus hijos alimentos azucarados como recompensa por consumir alimentos saludables. Mejor brinda alternativas naturales para el postre como: plátanos, arándanos o frutos secos, en vez de golosinas procesadas.

4. Se congruente si en casa das alimentos saludables mantén la misma línea en refrigerios y en el lunch de la escuela.

5. Verifica que realmente le estés dando al niño una porción adecuada de comida, ellos deben comer menos que un adulto y tal vez tú lo estés saturando y por eso no coma todo o se sienta abrumado.

6. Enfermedades y celos. Son factores que suelen provocar rechazo a la comida, y habitualmente, suelen ser transitorios. Por eso, una vez superados, lo normal será que les vuelva apetito.
7. Evitar la incomprensión. Ponte en el lugar de sus hijos e imagínate qué pensarían si de repente se ven atacados por aquellos en quienes confían, que, además, les insisten en que coman y coman cuando ya no les entra más, y que encima se enfadan y les gritan.

8. No es bueno dejar que los niños coman a deshoras y es muy conveniente estar pendientes de lo que come fuera de casa: colegio, comidas y celebraciones.

¿Cuándo ir a un especialista?

Lo primero y más importante es no alarmarse, pero sí tener ojo con algunas preguntas claves para saber si mi hij@ necesita ayuda pediátrica: ¿No come lo que debería comer según lo que han indicado en el consultorio o no come lo que la mamá o abuelita quieren que coma? ¿Está más interesado en explorar el mundo, jugar y casi nada en comer? ¿Es muy selectivo? ¿Come pocas cosas y sólo en determinadas preparaciones? ¿Está enfermo? (muchos niños dejan de comer cuando se sienten enfermos y luego recuperan las ganas de comer al sentirse mejor) ¿Ha tenido alguna experiencia traumática respecto a la alimentación? ¿Es retraído, no sonríe, no tiene contacto visual con sus papás o cuidadores?

Recuerda que muchos niños se vuelven melindrosos, a veces sólo para llamar la atención, pero es importante detectar la causa y continuar dándoles alimentos sabrosos y sanos, al final tus hijos acabarán por adoptar una dieta más saludable.

Frase: La mayoría de niños entre los dos y los seis años necesitan comer cantidades bastante pequeñas, y a veces nos empeñamos en ponerles un plato de “mayores”.

Frase: Si un niño de verdad no come, es decir, come tan poco y tan mal que repercute en su desarrollo, hay que buscar la causa, pero no sirve de nada forzarle a comer, reñirle, castigarle, o enfadarse con él.

Por Margarita Chávez
Licenciada en Nutrición

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