El tabaco se ha convertido en una de las grandes preocupaciones en materia de salud pública del siglo XXI. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, al año mata casi seis millones de personas, de las cuales, más de cinco millones son consumidores directos y más de 600.000 son no fumadores expuestos al humo ajeno.
Graves efectos nocivos para los más chicos
En el humo de tabaco hay unos 7.000 productos químicos conocidos, de los cuales se sabe que, como mínimo, 250 son nocivos (gases volátiles), y 120 son cancerígenos para el ser humano. Además, el humo de tabaco en espacios cerrados es inhalado por todos; por lo tanto, fumadores como no fumadores quedan expuestos a sus efectos nocivos y esto incluye a los niños.
Por otro lado, según la OMS, unos 700 millones de niños, o sea, casi la mitad de los niños del mundo, respiran aire contaminado por humo de tabaco y más de un 40 por ciento de los niños tienen al menos un progenitor fumador. Preocupa que la última cifra que se tiene es del año 2004, donde los niños fueron víctimas del 31 por ciento de las 600.000 muertes prematuras atribuibles al humo ajeno.
¿Por qué los niños son especialmente vulnerables al humo del tabaco en el ambiente?
Se debe a que en los recién nacidos, en los lactantes y en los menores de dos años, el aparato respiratorio y el sistema inmunológico se encuentran en proceso de maduración por lo que su organismo es incapaz de atenuar los daños de los agentes tóxicos del humo del tabaco. Además, el número de respiraciones por minuto es superior que en los adultos y, en consecuencia, en las mismas condiciones inhalan con más frecuencia el humo ambiental y por tanto más productos químicos.
Algunas de las consecuencias
1. El humo de tabaco es responsable de producir el síndrome de muerte súbita en el lactante, a causa de una madre fumadora, y de bajo peso al nacer en el feto.
2. “después del nacimiento los riesgos que el hábito de fumar de los padres les confiere se refieren de forma particular al sistema respiratorio: pueden tardar más en desarrollar la función pulmonar, tienen más posibilidades de sufrir infecciones respiratorias, el riesgo de padecer asma y episodios de exacerbación se incrementa significativamente, y son mayores las posibilidades de que sean alérgicos”.
3. Si la madre del niño es fumadora, la nicotina pasa al niño a través de la leche materna.
4. Los hijos de padres fumadores tienen más posibilidades de llegar a ser fumadores activos. De hecho, cada vez se adelanta más la edad de inicio en el hábito de fumar y en estos casos el tabaco tiene unos efectos muy concretos.
¿Qué problemas puede causar el humo ambiental del tabaco durante la infancia?
• Mayor riesgo de bajo peso al nacer. Fumar durante el embarazo puede causar un bajo peso del bebé en su nacimiento y unos pulmones más débiles.
• Mayor riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante. Existe una mayor probabilidad de síndrome de muerte súbita del lactante en aquellos bebés cuyas madres han fumado durante el embarazo.
• 50% más de otitis. La exposición al humo del tabaco causa inflamación y obstrucción provocando dolor e infección. Las infecciones de oído son la causa más común de pérdida de audición.
• 20% más de crisis asmáticas. El humo del tabaco puede incrementar la frecuencia de ataques asmáticos.
• 30% más de infecciones respiratorias. El humo del tabaco puede causar infecciones tales como la neumonía, bronquitis y bronquiolitis.
• Mayor probabilidad de irritaciones de mucosas (garganta, ojos y nariz). La exposición al humo del tabaco provoca irritaciones en las mucosas. En los ojos provoca malestar físico como escozor y excesivos parpadeos.
• Mayor número de ingresos hospitalarios. Los hijos de padres fumadores o niños expuestos al tabaco por largos periodos de tiempo tienen un mayor número de ingresos hospitalarios durante su primer año de vida.
SABÍAS QUE…
• Ningún espacio en el que se consuma tabaco se puede considerar seguro.
• Estar ocho hrs en un lugar cerrado con una concentración elevada de humo de tabaco puede equivaler a fumar unos 16 cigarrillos.
Si te planteas dejar de fumar…
Dejando de fumar proteges a los tuyos y te proteges a ti.
Si no quieres dejar de fumar…
• No fumes en presencia de niños.
• Si tienes hijos y eres fumador, convierte tu CASA y tu COCHE en espacios sin humos. Aplica la misma norma a las visitas.
• Fuma sólo al aire libre (terraza, balcón, en la calle…). Fumar asomado por una ventana no tiene sentido, ya que siempre entra humo en la casa.
En el caso de que fumes en casa, fuma sólo cuando estés solo, en un único espacio separado físicamente del resto y ventila después durante un tiempo.
¿Las leyes antitabaco protegen a los menores?
Respecto al tema “todas las personas deberían poder respirar aire sin humo. Sin embargo, muchas de las normas que se han creado han sido evadidas por los establecimientos con medidas como la implementación de techos corredizos para instalar espacios de fumadores, que de igual manera no impiden la entrada del humo a los espacios de no fumadores”.
Esto, a pesar de que la OMS señala que más de 1.300 millones de personas, o el 18 por ciento de la población mundial, está protegida por leyes nacionales integrales sobre espacios sin humo.
El consumo, la comercialización y publicidad del cigarrillo tradicional fueron regulados mediante la Ley 1335 del 2009. La norma prohíbe fumar en espacios públicos cerrados y en sitios de trabajo, la venta menudeada en tiendas y puestos callejeros y todo tipo de publicidad, patrocinio y promoción de las tabacaleras y sus fundaciones sociales. La norma, además, exige que las cajetillas exhiban advertencias sanitarias explícitas sobre los daños que el tabaquismo causa a la salud, esto con el fin de no atraer a los menores con la publicidad, “… medida que también ha sido evadida por medio del cambio en la presentación de las advertencias en modelos incluso más llamativos”.
El humo de tercera mano
Existen tres tipos de humo: el primero es el que consume directamente quien fuma; el segundo, el que inhala la persona que se encuentra alrededor; y el tercero –el que más afecta a la población infantil– es el humo de tercera mano. “Este tipo de humo, que la mayoría de padres desconoce, queda impregnado en ropa, alfombras, paredes y en el ambiente en general y que demora hasta seis meses en desaparecer de las superficies.
La solución está en adquirir hábitos saludables
Sí, los niños son una población afectada directamente por los efectos del consumo del tabaco de sus padres y de la falta del cumplimiento de las leyes que los protegen por parte de establecimientos públicos. Sin embargo, gran parte de la tarea y ejemplo debe provenir de casa, donde los padres deben ser quienes inculquen a sus hijos los buenos hábitos y la alimentación saludable. Por ello, es importante que si se tiene este hábito se busque, de la mano del profesional de la salud, la mejor forma de abandonarlo y de empezar a pensar en que no hay soluciones alternas, como salir al balcón o a lugares aireados para “supuestamente” no echarle el humo al niño.