Las heridas de la infancia
¿Cómo sanarlas y cómo prevenirlas en nuestros hijos?
Hola me da muchísimo gusto que estés leyendo esta que es mi primer publicación en la revista, estoy muy contenta de poder compartirte parte de lo que he aprendido con mis estudios y trabajo. Quise empezar con un tema que me parece súper interesante, que si tenemos conciencia de esto podemos sentirnos mucho más felices y también apoyar a nuestros hijos a que lo sean.
Seguramente en alguna etapa de tu vida has pensado que estás traumando por la forma en la que fue tu infancia, has pensado que eso es malo y no tiene solución, quiero empezar diciéndote que todas las personas nos hemos sentido así y efectivamente tenemos razón todos absolutamente todos estamos como comúnmente se dice traumados por nuestra infancia, pero esto no es necesariamente malo, la forma en la que enfrentamos la vida y como aprendemos de esto podría ser una gran recompensa.
En los primeros años de vida nos llenamos de información con la que percibiremos el mundo el resto de nuestra existencia y a veces esta información no es correcta o bien nos hace sufrir, todas las personas creamos mecanismos de defensa ante estas situaciones y es así como vamos enfrentando la vida.
Se ha creado una clasificación de 5 heridas emocionales de la infancia que influyen de manera significativa nuestra calidad de vida de adultos.
No por ser comunes y porque todos las suframos significa que no debemos trabajar en ellas; las heridas emocionales son eso una herida y como tal necesita atención y tratamiento para poder sanar.
Los signos de esas heridas psicológicas se ven reflejados en diferentes formas como ansiedad, pensamientos obsesivos, mayor vulnerabilidad hacia determinadas situaciones, problemas del sueño, actitud defensiva, enojo constante, facilidad a la depresión etc.
En este artículo quiero presentarte las heridas, como puedes trabajarlas y también cómo puedes apoyar a tus hijos para que no las sufran.
1.- La herida del abandono: quienes sufrieron está herida son personas generalmente dependientes y con miedo a la soledad, frecuentemente dudan de sus capacidades y sienten que las personas no los quieren o valoran. Para sanar está herida es importante trabajar en reconocer tus cualidades y logros, así como ser objetivo en que las otras personas si te quieren y valoran, valorar las cosas buenas que tienes, tomar en cuenta tu opinión y deseos independientemente de lo que quieran o esperen los otros y ponerles límites a cómo interfieren en tu vida. Para apoyar a que tus hijos no sufran está herida es importante hablarle de sus cualidades siendo realistas, apoyarlos a tener logros personales y valorarse, así como a los demás, darles confianza de que estas ahí para ellos aun cuando hayan sufrido alguna pérdida ya sea por muerte o divorcio, permíteles sentir el dolor de la pérdida y expresarlo.
2.- La herida del rechazo: Quienes sufrieron está herida son personas generalmente solitarias que no se sienten aceptadas en la sociedad o en sus núcleos, no se sienten merecedoras y constantemente dudan de sus capacidades o se creen en peligro, generalmente tienen un enojo muy profundo con el progenitor del mismo sexo. Para sanar está herida es importante reconocer tu valor como persona aceptar que es natural que las otras personas tengan prioridades distintas, sentirte merecedor de cosas buenas con iniciativa y valentía de crearlas. Para apoyar a tus hijos a que no vivan con esta herida es importante que sepan el valor de su esfuerzo para crear logros y momentos felices que se reconozcan importantes para sí mismos y para los otros, que no se tomen el rechazo como un insulto personal.
3.- La herida de la humillación: Generalmente si sufriste está herida te das cuenta que eres súper complaciente e incondicional con los otros, sientes vergüenza de tu infancia, tu cuerpo o tu sexualidad, te puede costar trabajo atender tus propias necesidades y sueles ser la cuidadora o paño de lágrimas y rescatadora de muchos a tu alrededor; para sanar esta herida es importante que escuches y respetes tus necesidades, pongas límites a tus progenitores, que pienses y trabajes en sentirte orgulloso de ti y seas capaz de expresar con libertad tus necesidades, acéptate como eres y esfuérzate por gustarte cada día. Para ayudar a que tus hijos no vivan está herida cuida tus palabras al momento de corregirlos, es importante que no se sientan humillados ni exhibidos con otras personas o comparados, no exhibas sus problemas con los demás y hazles saber que son valiosos así como son.
4.- La herida de la injusticia: Estas personas suelen ser muy estrictas, disciplinadas y perfeccionistas, no saben pedir ayuda, son muy sensibles pero no se permiten expresarlo; para sanar está herida permítete ser espontaneo, reconoce tus errores como algo natural y disfruta de lo que haces, recuerda que tener el control de todo es imposible y agotador. Para que los hijos no sufran está herida es importante no ser demasiado estrictos en su educación, mostrarles amor con calidez y enseñarles que expresar las emociones es algo bueno.
5.- La herida de la traición: Las personas que la viven son desconfiadas, tienen muchas expectativas de sí mismos y de los demás, son organizados y viven de prisa y haciendo varias cosas a la vez, son controladores; para sanar está herida elije personas para confiar y se flexible en las expectativas de la vida, aprende a recibir puesto que lo mereces, debes trabajar en la paciencia, tolerancia, aprender a disfrutar el aquí y ahora, a estar en soledad. Para apoyar a que tus hijos a que no sufran está herida es importante que puedan confiar en ti, que cumplas las promesas que haces y estés ahí como protector cuando le necesite.
Espero con todo el corazón que esta información te sirva para vivir mejor y más feliz.