La autonomía es parte de la naturaleza humana, aunque está determinada por el núcleo familiar y sus diferentes facilitadores que otorguen a los menores para enfrentar su búsqueda, ya que la vida en el hogar es el primer sistema social con que todo individuo se relaciona y en donde se marcaran las primeras pautas de comunicación, las reglas sociales, la construcción de la identidad; se puede decir que desde que el bebé entra en contacto con el otro se empieza a constituir como un ser social en un mundo exterior y como un ser independiente.
Si en el núcleo familiar se le permite al menor moverse con libertad, amor, respeto y protección, va a ir construyendo habilidades cada vez más complejas. La libertad debe estar marcada con limites propias de cada etapa infantil y en base a sus posibilidades de desarrollo psicosocial, así como la protección no debe confundiese con sobreprotección y dejar que el menor busque retos cada vez mayores e irlos resolviendo solo, si con apoyo, pero dejar que lo resuelva para ir adquiriendo seguridad. El respeto hacia su persona en todos los sentidos, sin sobrenombres, humillaciones, traspaso de espacio corporal de forma violenta, todo esto marcara su desarrollo personal. Así mismo crecer en un ambiente saludable y con amor.

Por ello el papel que tomen los cuidadores del menor, será fundamental en su desarrollo psicosocial, las pautas que realicen al reprender o aprobar sus acciones desde temprana edad, así como las muestras de cariño y apoyo, el hacerles saber que no importa si no lo hacen bien, lo pueden volver a intentar y ahí estará para apoyarlo. El reconocer en el menor sus emociones y poder canalizarlas de forma positiva, abrazarlo ante la frustración y no soltarlo haciéndolo sentir acompañado y comprendido, para luego estimular que desarrolle sus potencialidades, sin desvalorizar sus emociones o hacer sentir que nada pasa, porque eso es ignorarlo, no respetarlo y la confusión puede hacer que desarrolle un sin número de inseguridades que entorpezcan su autonomía.
Esta interacción familiar, va o no a permitir el desarrollo social sano del niño fuera del hogar, para poder desenvolverse con seguridad, exponer sus ideas, emociones, sentimientos y deseos de forma asertiva para que el otro entienda lo que quiere comunicar, sin ofender, humillar, denigrar o lastimar, buscando la manera de que su mensaje sea recibido.
El reconocimiento desde muy temprana edad hacia el menor de sus propios intereses, gustos, ambiciones, el escuchar sus sueños e ir canalizando su energía a un desarrollo activo, propositivo, le permitirá desarrollar lo que se proponga de manera segura y firme.
Contacto: FB: Cips Centro Integral Por la Salud