Por Karen Cresci/ Escritora
¿Cuántas veces has conocido al amor de tu vida? Una hermosa respuesta, sería el día en el que te convertiste en madre o padre, pero también una muy acertada, es cada día cuando te miras al espejo; en cada uno de esos días cuando sientes que tus defectos son grandes y que deseas cambiar tanto de ti, pero el amor, la aceptación y el perdón son más fuertes.
El acto egoísta más generoso que podemos hacer por los demás, es amarnos; y hacerlo sin condiciones, por ser quienes somos y no por lo que hemos logrado. Amarte, viéndote como alguien perfecto que está en camino de construcción para vencer el miedo de no ser suficiente. Y es el miedo, justamente, lo que nos impide encontrar la felicidad y nos tiene atados al sufrimiento; y es solo y únicamente el amor, el que nos convierte en una fuente de energía y de alegría, es el camino a la liberación.

El Buda lo expresó magníficamente al decir: “Puedes buscar en todo el universo y no encontrarás un solo ser más digno de amor y compasión, que el que está sentado allí, tú mismo.” Y es justo desde la autocompasión y el auto perdón, que no son debilidades, sino el comienzo de nuestro coraje y grandeza, como alimento para el alma.
Y partiendo de ahí, podrás entregarte desinteresadamente al otro, a tu familia, a los que viven en tu corazón, el cual ya fue fortalecido en el amor más grande, el propio. El amor es el camino en la superación de eventos, la fortaleza para querer dar más de lo que uno se cree capaz, la voluntad se mantiene y el ser humano trasciende. El amor te hace romper barreras, facilita, une, impulsa a crecer, y a creer, te hace volar. Y si eres amado, tienes la energía para salir adelante con motivación, con un sistema inmune fortalecido.
Desde el punto de vista de la neuropsicología, el amor en el ser humano es complejo, ya que además de pertenecer al campo de las emociones y de liberar sustancias químicas, hormonas y neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina, algo que comparte con otras especies; en el ser humano, al ser social, se involucra la conciencia y la libertad. Nosotros amamos cuando conocemos algo y ya que conoces a alguien y se ha involucrado al corazón, llega a no importante si hay carencias en la otra persona, ya que la amas por el conocimiento que tienes de ella y, ese amor, te permitirá ser empático, desearle felicidad, cuidarla y preocuparte. El ser humano manifiesta amor con detalles y palabras que van en congruencia con expresiones físicas como un abrazo.

El amor es un antídoto que rompe todas las barreras, comenzando con el miedo. ¿Te has dado cuenta de que aun cuando existe una situación riesgosa, que te paraliza, pero ves a alguien a quien amas en peligro, el amor te convierte en héroe y guerrero? Bien decía Platón que, “No existe nadie tan cobarde, que el amor no lo transforme en alguien valiente.”
El amor es sanación, ya que todo aquel que está pasando por el transcurso de una enfermedad, pero que se encuentra rodeado de amor, llega a una recuperación más pronta y favorable que aquellos que se encuentran solos. Un gran ejemplo, son las personas con lesión cerebral, las cuales han perdido la capacidad de recuperar palabras y nombrar cosas. Cuando el terapeuta utiliza palabras con carga emocional positiva, como son los nombres de sus seres amados, el efecto de usar el amor como mediador es impresionante ya que, en menor tiempo, el paciente recupera el uso del lenguaje. Y a esto se suma la evidencia científica que muestra que, en diversos padecimientos, se logran avances significativos en la sanación.
Se ha observado en el área de cuneros de los orfanatorios, que la ausencia de amor en los bebes manifestado en la ternura, en los cuidados, en la forma de hablarles y hasta en los momentos de alimentación, provoca que estos no crezcan a buen ritmo y que su salud no sea ideal.
La falta de amor provoca una baja importante en el sistema inmune, trastornos en el desarrollo y de la personalidad, problemas a nivel social y se refleja en el cerebro. El amor no solo son hormonas y neurotransmisores, va mucho más allá de una respuesta química, es conexión con uno mismo, con el otro, con el Ser, que le da al ser humano una gran razón para vivir, de llenar su mundo de flores, de canciones, de bailes, de sueños, de felicidad y de descubrir. Ama, ama mucho y con fuerza.
Termino con esta frase: “El día que el ser humano descubra el verdadero poder transformador del amor, habrá descubierto por segunda vez el fuego.” Pierre T. de Chardin
